Valores que atesoro

Para quien como yo se ha dedicado a escribir amorosamente y trabajado para crear un método  terapéutico que ayuda a muchos a comprender los conflictos emocionales que tenemos en el inconsciente para hacerlos conscientes desde la comprensión y el amor, hablar en este espacio con luz propia de los valores que atesoro, no podía quedar para después.

Los valores son esos patrones de conducta que rigen nuestra existencia y marcan de una manera u otra nuestra forma de dirigirnos y relacionarnos en nuestra vida, de niños nos fueron enseñados por las abuelitas, en el seno familiar se cultivan nuestros valores así como en los primeros años de colegio, siempre en esas primeras experiencias de contacto con el mundo real, el entorno sociocultural nos provee información de primera mano, sin embargo al paso del tiempo, los valores van madurando con nosotros y justamente toman una nueva dimensión mucho más consciente.

He seleccionado tres valores que atesoro por considerar que son los que rigen mi manera de actuar desde la convicción personal de hacer lo que creo correcto, son para mí esa línea que me permite marcar límites y fijar no solo mi comportamiento, sino también lo que no estoy dispuesta a permitir que sea transgredido por alguien más, ni mucho menos dar espacio a ser negociado.

La Libertad, esa capacidad humana y ese derecho de actuar por voluntad propia y elegir por mi misma cómo conducirme, sin afectar los parámetros sociales, dicho en mis palabras «Actuar y dejar actuar según los principios de cada quien», esos principios que tú mismo vas definiendo con el tránsito por la vida, con cada experiencia que enfrentas y forman parte de tu ética personal.

La Honradez,  un valor de esos de los que en casa nos dieron refuerzo, desde un lápiz o un juguete ajeno, era impensable tomarlo por cuenta propia, nos lleva a actuar de manera recta e íntegra ante nosotros mismos, ante la familia, la comunidad y la sociedad, me gusta mantener la honradez como parte de mis tesoros y «No tocar lo ajeno,  devolver lo prestado y jamás hacer trampas»

He dejado de último, aunque no es menos importante, La Tolerancia, porque considero que la tolerancia tiene sustento en mis dos valores anteriores, se alimenta de respeto y paciencia y desde mi muy personal concepción «es aceptar, comprender y no juzgar», como valor es la muestra perfecta para entender que todo comienza con uno mismo, primero debo ser tolerante conmigo, aceptarme y comprenderme desde el amor, sin juzgarme a mí misma, para así poder ser tolerante con los demás aún cuando sus ideas, preferencias, formas de pensamiento o comportamientos no coincidan con los míos.

Mi invitación para quienes comparten estos espacios de encuentro, libres y seguros, es que revisen su inventario personal de valores y evalúen qué tan ajustados viven a ellos para determinar sus niveles de coherencia personal tanto en sentido, emocional, mental, espiritual o simplemente ético.

Sigamos compartiendo tesoros

Laura Lucero

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