El mundo místico de Laura

Hola, me complace contarles cómo han sido mis peripecias por lo que llamo mi mundo místico, desde niña me tocó vivir un poco encerrada en mi misma, lo que de adulta y después de mi recorrido por la formación en bioneuroemoción, me ha permitido entender que los niños introvertidos construyen un mundo propio -generalmente rico en aventuras- que les permite una especial conexión con la infinita grandeza del universo en la que yo,  haciendo uso de mi nombre, me permití brillar con la magia de un Lucero siempre conectada a mi interior.

Desde muy niña me tocó vivir situaciones que a mi corta edad no alcanzaba a  comprender, les contaré de groso modo una historia mágica que relato en mi libro, que lleva por título «Los duendecillos»:  Contaba con cinco años y en uno de aquellos días donde me encontraba sola, menciono que estaba sola, porque aunque mi madre estaba en casa, por su trabajo de noche dormía en el día, y yo sentia total libertad para explorar, pues, salí como siempre del cuarto  a hurtadillas para no despertarla y disfrutar de mi mundo infantil. Sin embargo ese día fué la primera vez que me vi en peligro, no se sorprendan de que les cuente que salieron de la nada una pareja de gnomos, seres fantásticos llenos de misterio y bondad que me protegieron  y me salvaron de una muerte inminente, esa fue mi primera experiencia en el mundo místico y la recuerdo con claridad porque me permitió seguir explorando sin temor alguno y recorrer las sendas que hoy me traen hasta ti.

De manera especial desarrollé esa luz propia, esa clarividencia o forma muy clara de contemplar el universo, mis ancestros me lo dejaron de herencia, pues mi abuela era «bruja», un peyorativo que a mi me encanta, aunque esté mal visto, porque me ha permitido desarrollar habilidades que he utilizado para mi sustento en muchas oportunidades y muy especialmente para ayudar a miles de personas a conectar con su interior y sanar a través de mi propio método terapéutico de lectura e interpretación de la baraja española.

Pero las peripecias místicas no se quedan en la baraja, sería simple y poco profundo, viajar y conocer distintas culturas también ha contribuido con el tener una visión ampliada del universo, Dios no se muda, está en todas partes y he corroborado que habita en cada uno de nosotros, les aseguro que esta expresión de Dios carece totalmente de connotación religiosa para nutrirse  del elemento metafísico, que también integro gracias a mi herencia ancestral. Me gusta conectar con mi expresión personal de Dios, mientras disfruto sola sentada en la arena frente a una hermosa playa, caminando por calles desconocidas de una ciudad cualquiera, disfrutando la diversidad o simplemente al abrir mi ventana, sin propósito fijo, en una mañana fresca.

Los rituales misticos son tal como los sentimos, desde recolectar piedritas y en la arena construir mi propio mapa del tesoro, para gritar al viento lo que anhelo,  hasta permitirme sentir desde lo más profundo de mi ser, que puedo descargar el peso de mis hombros, tomarlo en mis manos y con humildad entregarlo a mi Yo superior, cuando siento que no puedo más o no está al alcance de mi control cualquiera de las situaciones cotidianas que – como cualquier mortal- me ha tocado vivir. He encontrado que el secreto no está en el ritual místico, la mística está dentro de mi y se expresa en forma única cuando al conectar con humildad, ofrezco a la divinidad mi sentir, mi pensamiento, mi devoción y lo mejor de mi ser.

Mi mundo místico, es mío solamente y puedo abrir sus canales para guiarte a reconocer tus propias peripecias sin temor y en la más absoluta dimensión espiritual que podamos en conexión descubrir juntos, la abundancia, la prosperidad, la magia y el amor están allí, basta abrir tu ventana mágica al universo para ver sus respuestas materializadas, para permitirle hacer su trabajo y manifestar en ti cuanto deseas, para mi ha sido una senda recorrida, con subidas y bajadas, en la que he disfrutado el camino y gozado de las mil bondades que he recibido, hoy con amor solo me corresponde retribuir al universo en gratitud todo cuanto me ha brindado, para invitarte a desplegar tus sueños, a volar tan alto como quieras y vivir en plenitud la magia de tu vida, para mi será un placer acompañarte y recorrer junto a ti nuevas sendas que junto a las mías se crucen, se complementen, se fortalezcan y vibren en la mejor energía disponible, la energía del amor y la comprensión.

Sigamos compartiendo la magia.

Laura Lucero